El 1 de diciembre IPR celebró 4 años de existencia.
Estos no fueron los 4 años más normales de nuestras vidas y queremos agradecer a todos nuestros clientes de formación, a todos los lectores de nuestra web, a todos los participantes de nuestro círculo por la falta de normalidad en estos 4 años. La relojería portuguesa pasó por alto esta ruptura con los hábitos establecidos. Esperamos que los próximos años tampoco estén dedicados a la normalidad y estamos haciendo todo lo posible para que nuestra actividad siga siendo muy atípica.
No es habitual formar en relojería a más de 200 estudiantes que no pretenden ser relojeros.
No es habitual organizar una exposición de relojería antigua y recibir a más de 500 invitados.
No es común crear la primera máquina Guilloché jamás creada en Portugal y una de las pocas creadas recientemente en el mundo (no es normal que te guste la relojería sin saber qué es el guilloché, así que si no lo sabes, consulta este artículo) .
No es habitual escribir artículos sobre relojería a diario desde hace más de 3 años.
No es habitual traer a Portugal a los mejores relojeros del mundo (próximamente).
No es habitual que el Instituto Portugués de Relojería organice un curso de relojería en Madrid.
No es común crear un taller con capacidad para construir esferas, cajas de relojes y correas.
Definitivamente no nacimos para la normalidad. Somos lo que somos y queremos seguir siéndolo, cada vez con más pasión y dedicación. El año que viene, más que nunca, nos centraremos en erradicar los últimos vestigios de normalidad que aún puedan existir. Esperamos que IPR siga siendo un lugar verdaderamente especial: un refugio acogedor para todos aquellos que, como nosotros, buscan un descanso de la necesaria rutina de la vida cotidiana.
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