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El año es nuevo. ¿Quiénes somos ahora?

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Una caja de reloj vacía está llena de posibilidades. Una caja llena es una clara señal de que necesitamos una vacía. Avanzamos de caja en caja, impulsados por el deseo y atraídos por la casualidad. Nos convertimos en coleccionistas y, en ese proceso, construimos un estilo personal. En un ejercicio, ciertamente teórico, buscamos aislar algunos de los perfiles más recurrentes, como el de alguien que elige los instrumentos para una composición musical.


"Todo en un punto" es el título de un relato de Italo Calvino que comienza con una idea vertiginosa: el universo entero concentrado en un solo punto. El narrador, el Sr. Qfwfq, describe su viaje desde ese instante inicial —el Big Bang— hasta el presente, siempre con la certeza de un eventual retorno al punto primigenio. Podría decirse que es una historia sobre la mayor colección de todos los tiempos: la colección de todo.


¿Por qué no se puede considerar toda la colección de relojes existentes como una única colección?

Primero, porque no pertenecen al mismo propietario. Segundo, porque no están agrupados. Y finalmente, porque no siguen ningún criterio en particular. El criterio es quizás el elemento más importante para distinguir entre una colección y una simple acumulación de objetos.


Él es quien establece los parámetros de comparación. Cualquier característica capaz de distinguir un reloj de otro puede convertirse en un criterio de colección.


Los criterios se pueden organizar de múltiples maneras, y es precisamente esta organización —la selección, la jerarquía, la insistencia— la que define el perfil de cada coleccionista.


Podríamos decir:

Muéstrame tu colección de relojes y te diré quién eres.

Observar una colección es siempre un ejercicio de autoconocimiento, en el que emergen rasgos evidentes de la personalidad del coleccionista. Así como en un libro todos los personajes son, en última instancia, creaciones del autor, en una colección todos los relojes son resultado de decisiones personales y, por lo tanto, reflejan quién los eligió.


Solo queda el sueño. Más que lo que somos, una colección revela lo que nos gustaría ser. Buceadores, pilotos y exploradores de oficina lo saben bien. Las colecciones funcionan como espejos donde reconocemos nuestras fortalezas y tratamos de compensar nuestras debilidades. Los más meticulosos, los apasionados por la cronometración, lo tienen especialmente claro.


Cuando la realidad se muestra monótona, las complicaciones ofrecen una salida.

Cuando el mundo parece demasiado feo, el diseño puede ser un refugio.

Cuando el pasado parece superior al presente, lo vintage surge como la respuesta.

Cuando las relaciones románticas se vuelven tensas, el compromiso con una marca puede servir como una forma de compensación.

Cuando la vida económica es aterradora o emocionante, una colección orientada a la inversión puede brindar seguridad o emoción.

Nada de esto es absoluto. La complejidad humana rara vez encaja en categorías rígidas. Por si fuera poco, a lo largo de la vida del coleccionista los criterios cambian, y con ellos la propia colección se transforma. Todos sabemos cómo empezamos; nadie sabe cómo terminará. A menudo, la atracción del azar es más fuerte que el impulso del deseo.


El siguiente ejercicio se aparta deliberadamente de la realidad concreta de cada individuo. Debe entenderse como un conjunto de espejos en los que podemos encontrar un reflejo fiel, uno imperfecto o incluso ninguno.





Narciso


Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Narcísico
Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Narcísico

Entre las diversas versiones del mito de Narciso, una de las más sugestivas cuenta que Tiresias profetizó, el día de su nacimiento, que el joven tendría una larga vida siempre que no contemplara su propia imagen.


Narciso creció hasta alcanzar una belleza extraordinaria, despertando el amor de varias ninfas, entre ellas Eco. El desdén con el que las trataba llevó a algunas a buscar venganza de los dioses. Némesis lo condenó entonces a enamorarse de su propio reflejo en el estanque de Eco. Preso de esta contemplación, Narciso se marchitó. Tras su muerte, se transformó en la flor que aún hoy lleva su nombre.


Al igual que Narciso, este coleccionista adopta la belleza como criterio central.

Sus relojes reflejan la belleza que poseen, o la belleza que les gustaría poseer.

No es raro encontrarlo contemplando su propio reloj durante largo rato, casi como Narciso ante el agua quieta. Es quizás el coleccionista más anclado en el presente, ya que los criterios estéticos han cobrado cada vez mayor importancia. La belleza varía según el contexto: en los relojes antiguos, las marcas del tiempo aportan carácter; en los nuevos, la búsqueda es la perfección inmaculada.


Al igual que el propio coleccionista, sus relojes deben estar siempre impecablemente presentados, con correas y brazaletes elegidos con meticulosa atención al detalle. Narciso se reconoce en los relojes que le agradan visualmente, y cuando los usa, se siente cautivado por su belleza. Elogiar su reloj equivale a elogiar su apariencia.





El Meticuloso


Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Meticuloso
Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Meticuloso

Para el Meticuloso, un reloj se asemeja a una matrioska infinita: cada capa que se retira revela otra, lista para ser explorada. Y si algo aprecia, es la luz, porque la oscuridad alimenta la ignorancia, uno de los principales ingredientes del miedo. Es en este juego de luces y sombras donde nace el Meticuloso.


Lamentablemente, sentir es una forma eficaz de apagar la luz. Un sentimiento intenso a menudo nos lleva a cerrar los ojos ante la realidad.

La persona meticulosa prefiere reducir la intensidad de los sentimientos para aumentar el control.

Dominar los detalles se convierte así en una forma de iluminar lo desconocido, y los relojes ofrecen una fuente inagotable de estos detalles.


Puede ser en términos de funcionalidad o apariencia. La primera se controla mediante análisis cronométrico. Un reloj preciso transmite seguridad; la reserva de marcha indica cuánto tiempo podemos confiar en él. La combinación de ambos datos nos permite rastrear las variaciones a lo largo de todo el ciclo de cuerda. En cuanto a la apariencia, los detalles se multiplican: el acabado de las manecillas, la textura de la esfera, la inclinación de las asas.


El observador meticuloso mira el reloj mientras se acerca demasiado a una pintura impresionista, analizando cada pincelada para evitar el impacto emocional general. Aun así, la mayoría de la gente a veces encuentra el coraje de dar un paso atrás, apartar la mirada de los detalles y sentir.



El investigador


Imagem de IA - O coleccionador de relógios  Investigador
Imagem de IA - O coleccionador de relógios Investigador

En cada reloj hay un mundo por explorar.

Quienes disfrutan de las novelas policiacas reconocerán fácilmente este perfil. Cada pieza de la colección equivale a una escena del crimen lista para ser analizada. La investigación requiere calma, paciencia y tiempo. Para estos coleccionistas, adentrarse en el pasado de sus relojes es una forma eficaz de desconectar del presente.


El presente cansa por su urgencia; el futuro inquieta por su imprevisibilidad. El pasado, en cambio, se presenta estable y, por lo tanto, tranquilizador. En los relojes nuevos, se investiga la historia de la marca y las variaciones que dieron lugar al modelo actual. En los relojes vintage, el abanico de posibilidades es prácticamente ilimitado: marcas de mantenimiento, dedicatorias, personalizaciones, contrastes, pruebas de procedencia.


La investigación se extiende naturalmente a la búsqueda en libros, revistas, archivos y librerías antiguas. Una vez finalizado el proceso, surge la necesidad de compartir los resultados. Publicar, debatir y difundir información en foros, blogs o redes sociales nos permite despertar el interés por la historia y proporcionar criterios a futuros coleccionistas.




El guardián de los recuerdos


Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Guardador de Memórias
Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Guardador de Memórias

Agostinho da Silva aconsejó:

"No hagas planes para la vida, porque podrías arruinar los planes que la vida tiene para ti."

Si el futuro se resiste a ordenarse, el pasado queda por organizar. Hay un recuerdo para cada reloj y un reloj para cada recuerdo. Ese es el lema del Guardián de la Memoria.


Los relojes funcionan como bóvedas capaces de albergar triunfos, nacimientos, viajes, encuentros y despedidas. Su caja se asemeja a un álbum de fotos. El valor comercial, el diseño o las complicaciones importan poco. Lo esencial es que el reloj esté vivo y en funcionamiento, señal de que la memoria asociada también permanece activa.


El pasado no es tan estático como parece. Las descripciones cambian con el tiempo, influenciadas por experiencias posteriores. La precisión se desvanece; la sensación permanece. El Guardián de los Recuerdos conserva sobre todo esta sensación. Llevar un reloj asociado a una victoria puede alegrar un día difícil. Llevar el reloj de alguien que ha fallecido nos acerca a esa presencia ausente. Aprisionar el tiempo es imposible, pero el gesto aporta serenidad.




Los gadgets


Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Engenhocas
Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Engenhocas

Si es posible complicar las cosas ¿por qué simplificarlas?

La simplicidad, aunque hermosa y serena, resulta aburrida para los aficionados a los gadgets. Los relojes con horas, minutos y segundos lo inquietan. La vida es demasiado corta para lo simple.


Este coleccionista busca el movimiento constante. Los relojes deben ocultar talentos, trucos y sorpresas. Deben provocar asombro. Todo lo estático inspira desconfianza. Su vitrina es un auténtico parque de atracciones para las complicaciones relojeras.


Engenhocas reconoce que el tiempo se acelera o se ralentiza según el contexto. El entusiasmo es el único antídoto contra la lentitud. Comprender cómo funciona una complicación es puro placer en forma de latón y acero. La calma solo surge tras una comprensión completa, similar a la de un alpinista en la cima. El futuro representa la invención; el pasado, el descubrimiento. El aspecto estético importa solo como consecuencia del proceso técnico.




El inversor


Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Investidor
Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Investidor

Comprar y vender relojes permite familiarizarse con muchos modelos. El inversor valora este conocimiento, incluso si es superficialmente técnico. El momento de la adquisición es la cúspide de la experiencia. Saben que, si es necesario, pueden convertir rápidamente su colección en efectivo sin pérdidas significativas.


La seguridad es primordial. Presentar una compra como una inversión neutraliza la culpa asociada al lujo. Cada reloj representa un paso en una trayectoria económica. La colección se convierte en una sucesión de pruebas de éxito financiero.


Como un agricultor, un inversor planta relojes y cosecha euros. Depende del entorno, el contexto y el comportamiento humano. La crisis del cuarzo ilustra bien esta inestabilidad. La mejor defensa reside en la percepción aguda y la buena sincronización. Al final, sabes que controlas el dinero mejor que los propios relojes.




El comprometido


Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Comprometido
Imagem de IA - O coleccionador  de relógios Comprometido

Mantener una relación romántica es complejo. La persona comprometida encuentra más estabilidad en una relación con su marca preferida que en otras relaciones románticas.


Le basta con contemplar la puesta de sol o cenar a la luz de las velas con un reloj en la muñeca.

La lealtad requiere esfuerzo. No siempre es fácil ser fiel a una sola marca, pero algunos lo logran con distinción. La curiosidad por otras marcas es mínima. Esta relación no es extraña, ya que la marca ofrece pertenencia, comunidad y previsibilidad. Los encuentros entre seguidores refuerzan este vínculo.


No se toleran las traiciones. Los cambios bruscos de estrategia pueden percibirse como rupturas emocionales. La lealtad se refiere a principios, no a exclusividad. El Comprometido busca constantemente nuevos seguidores para su marca, fortaleciéndola. Son, entre todos, los coleccionistas más sociables.



Te invitamos a empezar el 2026 reflexionando sobre tu estilo de coleccionismo. ¿Te identificas con uno o más de estos perfiles? Tu opinión es bienvenida, incluso si la compartes anónimamente.






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